Independizarte

Hace frío y, afortunadamente, empieza por fin a hacer un poco de sueño. Ya son cuarenta las horas con los ojos abiertos que cargo en la mochila secreta, y dormir un rato sería un perfecto regalo antes de coger un avión a Roma.

Hoy lloré. Esta tarde, cuando me despedí de mi amiga/o. Lloré porque me pareció que este amor peligraba, otra vez. Tan joven y tan débil... Lloré poco, puede que sólo un par de canciones, pero me dolía.

Y esta noche, sin tacto, sin mirarme a los ojos, sin romanticismos, sin pretextos, me dices que viva contigo...

Me estás empujando a la locura, no creas que no me doy cuenta.
Y lo que pienso es que tu corazón padece algún trastorno bipolar y psicópata que pretende descaradamente acabar con mi frágil cordura.

Sé a dónde quiero ir, lo veo al final del camino, me voy acercando, voy hacia allá. Si te unes a mí, si caminas a mi lado, si vienes hasta allí conmigo y quieres quedarte, serás absolutamente bienvenidísima.
Si, por el contrario, te desdices como de costumbre, no te sigo más.

Te toca a ti.
No te sigo más, mi vida...

Antes de que sea tarde

Deja que te baje la luna...
Deja que te lleve de la mano al fin del mundo...
Deja que se desboque y reviente de una vez...

Despega los pies del suelo, deja de pensarlo. Siente.
Cierra los ojos y entonces echa a andar.

Lo estás conteniendo, aprisionando, encadenando... Lo estás matando.

Deja que se desboque... Que reviente de una vez...

La verdad

No voy a engañarte.

Puedo vivir sin ti.








Pero es que no quiero.

Sitges? Qué hay ahí?

Quiero un gorrito para ponérmelo este invierno... Pero uno que me quede bien. Qué difícil...
Ahora que no sé qué va a ser de mis próximos ochos meses de vida me siento como cuando subo una pared con las manos y al llegar arriba me dejo caer... Y todo el peso de mi cuerpo y de mi mochila, porque aunque no se vea la llevo siempre, cuelgan de una cuerda finita...
Me voy a mandar a mí misma al quinto pino... Sin saber qué se me ha perdido en el lugar al que voy, dónde voy a vivir, con quién, por qué...

Si aquí no quiero estar tendré que irme, así que no hay que darle muchas más vueltas...
Puede que lo solucione todo con mi dado de la suerte; ese que me dijo que sería lo que hoy soy, el mismo que me dijo que tu y yo teníamos futuro... (Bueno, habría que discutir a qué clase de futuro se refería...).

A ver si allá donde finalmente acabe encuentro musas que me hagan volver a ser yo misma cuando escribo... Las letras tan terrenales me ponen enferma...

Casi matemátco

Huele a invierno.
Me dan igual las temperaturas, las precipitaciones, las horas de luz. Que la gente vista bermudas y vaya a la playa, que el sol brille en un cielo azul, que los ríos aún anden secos.

Con el olor del invierno, una sensación brutal de necesidad de ti ha recorrido todo mi cuerpo. Quiero que tú seas mi abrigo este año, quiero que tú me arropes, que tú cuides de mí.

Yo lo veo, puedo sentir cómo se va instalando entre nosotros, en silencio. Nadie se da cuenta pero él ya está aquí, y despacio su melancolía se extiende por mis venas. Mi corazón late cada día un poquito más lento...

Quédate a mi lado este invierno.
Quédate, no te vayas.

Quédate y sálvame.

Aprender a correr

Tuve por un tiempo la esperanza (idiota) de que no fueras tan predecible como parecías, como me habían asegurado. La esperanza de que después de mí y de mis golpes no volvieras al camino errado del que venías.
Llegué a pensar que podías prescindir de esa heroína que te anula, que resta credibilidad a tus palabras y valor a tus contadas acciones. Esperé que tuvieras la valentía necesaria para empezar por fin a caminar sola.

Tengo que confesarte que de todos modos la sorpresa no fue tal.
Mejor mal acompañada que sola...

La marcha atlética es para los cobardes.

8 horas de mimi

Cuando me he levantado de la cama, a las cuatro de la tarde, y he subido la persiana, me ha parecido de muy mala educación que el invierno se haya presentado así, sin avisar y sin pedir la opinión a nadie.

Pero el amor tiene estas cosas... Que uno nunca puede enfadarse tanto como quisiera con aquello que ama. Y he salido al jardín a recibir el preludio de las temperaturas bajas, de los días grises y las mañanas blancas.

Dormir me gusta lo justito, tumbarme en la cama me parece perder el poco tiempo que tenemos, pero cuando el paje del nuevo invierno ha tocado mi piel me ha invadido una melancolía casi asesina. Tres horas me ha llevado vencer el vacío y ponerme en pie.

Ahora que soy casi consciente de que estoy viva voy a bajar al pueblo a comprarme una agenda, porque desde Junio ando más perdida que nunca y tengo que comprobar que realmente es por culpa de este amor desnaturalizado, y no porque no tenga dónde apuntar mis quehaceres.
Daré unos días de margen a mi intención de organizar mis tareas, y cuando tenga las respuestas que busco sabré qué hacer con la niña que me quita el sueño a ratos.

Semana de noches

Me encanta trabajarlas, por no tener que dormirlas principalmente...
Porque esta cabeza que va tan revolucionada desconecta a las siete en punto de la mañana.

Y cuidado en St. Pere del Bosc, que se va a levantar polvo cada tarde.
Que me siento un poco Bridget Jones últimamente, y lo que más me afecta es que estoy gorda!!!
Ahora viene cuando dejas de leer, alzas los ojos, suspiras, y dices para tí, "qué tía, siempre igual". Pero es que es verdad!

Puede que ésta sea la última de noches en SVL, habrá que aprovecharla... Lo que viene no se sabe, pero da miedo... Y morbillo...

...Me voy al dentista, a ver si me chuta algo...

Mucho te quiero perrito...

Está bien que estés en el quinto pino ahora que estoy malita y tantísimo necesito tus mimitos.
Y digo que está bien porqué así existe una excusa razonable para tu ausencia.
Vamos, que confío en que te tendría a mi vera cuidando de mí, lo mismo que confío en la intención general de la raza humana de salvar el planeta del calentamiento global.

Pero, como cuando vuelvas ya estaré mucho mejor (o eso, o de esta no salgo, vaya), nada de eso va a poder ser demostrado, y de lo que quedará constancia es de que no cumpliste con tus funciones de (según tú) novia porque te encontrabas a más de mil kilómetros de mí.

Vale. Todo llega.

JUMANJI

Rescata tus ganas del lugar en qué se hayan perdido, o lárgate.
Ten de una vez el valor que desde el primer momento has demostrado no tener.
Deja de jugar a las incertidumbres. Haz honor, para variar, a la edad que tienes.
Muévete. Hacia delante o hacia atrás, pero por favor, ¡MUÉVETE!

Voy a plantearme seriamente si es que tengo pinta de pasatiempos, de souvenir, o de imbécil.

Los últimos quince meses de mi vida han sido muy instructivos, y he aprendido algo que te voy a demostrar, muy a mi pesar, en breve.
Te digo más, como no te espaviles, mi técnica va a ser tan perfecta, tan implacable, que todos los llantos aquí van a ser sólo tuyos.

La necesidad nos hace eficientes... A base de guantazos.

Sí, del 22 de marzo

Y aunque me estoy volviendo una profesional escéptica del amor, sigo tan ilusa como siempre. Como si mi corazón, pobrecito, aún tuviera que estrenarse en esto de las fracturas (y no será por remiendos...).
Y es que apostaría todo lo que tengo al caballo más cojo. Y estoy convencida de que si no ganara, sería sólo por la poca confianza que tú has invertido.

Estoy cansada de topar siempre con almas vencidas por el miedo. Estoy cansada de vuestras valentías tardías, que para nada sirven.
Me estoy hartando de las mentiras que me mantienen atada para que puedas seguir fustigando mis ganas.
Cansada de no entender las contradicciones que arropan todas tus acciones, cansada de aguantar lo que por momentos se me antoja una burla impertinente.

Pero ya me dijeron que cuanto más mayor, más aries...
Ser tan cabezona me va a costar otra patada...

¿Lo tenemos?

Tengo la sensación de haber empezado a sobrevivirte antes incluso de haberte perdido.
Pero es que he pensado que con lo lejos que estás, no habrá nada que te ate a mí cuando nuestras manos dejen de llamarse a gritos.
El cariño no será suficiente, y el amor lo tenemos encadenado... Las dos.
No lo estamos alimentando, y se nos va a quedar tan pequeñito que casi no harán falta dos golpes para derribarlo.
Y sería tan fácil como dedicarle más horas de un nosotras que ya peligra. Horas de paseos de la mano, de risas, de cenas con desayuno, de conversaciones, de caricias, de puestas de sol, de promesas cumplidas, de besos incansables...
Sería tan fácil como cuidar el sentimiento. Si es que lo tenemos.

Me duele el codo... (y las ganas)

Ayer me caí en bici. Fue la primera vez.
Pero no le he cogido miedo, voy a llevarla a arreglar para poder montar el sábado otra vez.
Con lo que prometía... Es la historia de mi vida.

A mí misma también debería llevarme a arreglar, he sufrido algunos desperfectos. No sólo ayer, tengo faena acumulada, pero es que no sé por dónde empezar.

No me asusta estar sola. Me asusta pensar. Los espacios en blanco.
Hay que hacer muchas cosas. Muchas, muchas, porque la vida se me escapa y en los bolsillos siempre cabe más.

Sé que sin silencios no hay música. Lo sé y lo entiendo. Por eso a veces duermo.

Y que no aprendo

Nota a mí misma: Deja de buscar!!!

Haz el pingüino

Cualquier día me dejo perder...
Por tu falta de interés, por tu acomodamiento, por gilipollas.

Cada vez se me antoja más sencillo. Tanto como quedarme quietecita, sin hacer nada, esperando un poco para ver el resultado.

Luego ya puedes correr, ya... Que a mí seguro que no me pillas.

Equilibrar

De quitarte el uniforme y algunas cosas más...
Eso que llevas para defenderte, y eso que llevas para retenerme...
También lo que hace que me toques una y otra vez sin que nada de mí se te contagie...
El utensilio con el que llamas mi atención...
Lo que de ti me ilumina, y lo que de ti me elimina...

Todo fuera... Y ahora, sin uniforme ni dotación, plántame cara...