En el sur fue el mejor lugar. Y del sur nos trajimos las que pudieron ser las peores conclusiones.
Desconozco qué te ha hecho falta a tí, pero sé lo que he necesitado yo para no querer seguir jugando a ver si nos perdemos.
No quiero ser valiente a toro pasado. No quiero que seas valiente demasiado tarde.
Voy a darte las ganas que sólo da el amor, ese que hace que las cosas buenas pasen sin más. Ese que hace que escojamos las opciones correctas. Ese que nos lleva a hacerlo tan bien, tanto, tanto, que ni nosotras mismas podamos creer que algún día tuvimos alguna duda.
Y no pienso enseñarte a hacer crepes. Para eso ya estoy yo.
lunes, 14 de abril de 2008
Suscribirse a:
Entradas (Atom)