jueves, 22 de diciembre de 2011

Avui

Sospechábamos estar condenadas a no entendernos y descubrimos estar condenadas a perseguirnos. Y después de tantas y tantas vueltas concluyo que todo es cierto. Que siempre nos hemos sentido, y siempre a destiempo.

Y cuando no me quieras correré desesperada tras de ti.
Y tú, niña buena de ojos tristes, no podrás jamás dejar de perseguir el calor de mis huellas cuando mis pasos se alejen de tu vera.
Es nuestro viaje infinito.

No existen esquinas tras las que esconderse en este círculo que siempre habitamos.
Juguemos a querernos, porque cuando lo hicimos se nos dio muy bien, porque dolerte no me sirve.

Cambiar las reglas, volver a la casilla de salida, respetar los límites de nuestras propias posibilidades.

Coger las llaves que abren las puertas que sólo tú y yo sabemos.
Coger tu mano.
Coger el timón de este amor a la deriva, maltratado y sumamente subestimado.
Curar las heridas que de tan inconscientes nos llenaron las entrañas.

Curarte. Y borrar el destiempo.

Es nuestro viaje infinito.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Días contados

Tengo hartura de esta persecución de artífice incansable.
Es desmesurada y gratuita.


Palabras rescatadas que pensaba caducadas. Qué triste inocencia me acompaña siempre...

Eres como una pesadilla que me persigue de puntillas, en el sueño y en la vigilia. Y en el maldito silencio que tú impusiste y que me permite respirar.
Marioneta de tus caprichos no fui nunca, pero sí víctima de tus enfermizas mentiras, de tus enfermizos ataques de deseos de cosas que nunca amaste. De tí, enfermiza.

Te quieres ir. Vete.
Pero vete y déjame vivir.

Porque tu repentino interés por la vida mía que tú decidiste ignorar, me produjo náuseas una tarde entera, una noche entera, una semana que no termina.
Porque no tendré la suerte de odiarte jamás.
Porque no dejan de dolerme las entrañas cada vez que pienso en los nervios que te embargaban. Algún día, por favor, di una verdad.
Porque soy una insensata de los pies a la cabeza. La rabia es toda mía por haber tenido ilusión por compartir contigo, que sólo pisoteas y machacas las tonterías que yo podría darte. Rabia por ilusa, por imbécil.

"Hartura", dije hace ya más tiempo del que quiero creer. Qué engañada.


...¿Cuántas veces más tendré que tropezar con tus desprecios para que empiecen a darme igual?...