No es desidia, ni es desgana.
No es cansancio, aburrimiento ni hartura.
Ni si quiera es lo mucho que te echo de menos.
Lo único que me provoca esta parálisis es el miedo.
viernes, 24 de agosto de 2007
miércoles, 22 de agosto de 2007
Pequeña explicación
No pretendo poseerte, no cortar tus alas, no controlar tus pasos ni condicionar tus decisiones.
Me gustas porque eres libre.
Libre de caminar a mi lado o de tomar cualquier otra dirección.
Libre de cogerme de la mano o de dejar en ella el hueco de tu ausencia.
Libre de regalarme tu despertar o de nunca dormir conmigo.
Libre de amarme como yo te amo o de hacerlo a tu manera… Libre también de no hacerlo, por mucho que me duela.
Me gustas porque eres libre.
Libre de caminar a mi lado o de tomar cualquier otra dirección.
Libre de cogerme de la mano o de dejar en ella el hueco de tu ausencia.
Libre de regalarme tu despertar o de nunca dormir conmigo.
Libre de amarme como yo te amo o de hacerlo a tu manera… Libre también de no hacerlo, por mucho que me duela.
jueves, 16 de agosto de 2007
lunes, 13 de agosto de 2007
De oca a oca
Dame pie a algo…
Ponte el corazón en la mano y entonces háblame…
Mueve alguna ficha, haz alguna señal…
No puedes, porque nadie tiene derecho, pretender que me lance al vacío por ti, sin un puente, sin un seguro, sin darme la mano.
No puedes exigir de mi lo que yo de ti no oso ni pedir.
Ni puedes ser tan insensata como para creer que yo sola voy a dejarme la piel en esto para que cuando te canses sólo yo tenga que llorarte en cada esquina.
No te confíes, no te acomodes, no te confundas… Nada tenemos nunca, nada por más tiempo que lo que dura el presente.
Así como yo soy consciente de que puedo perderte en un gesto, en una palabra o en un segundo, aprende tú a medir los tuyos (y sus ausencias).
Ponte el corazón en la mano y entonces háblame…
Mueve alguna ficha, haz alguna señal…
No puedes, porque nadie tiene derecho, pretender que me lance al vacío por ti, sin un puente, sin un seguro, sin darme la mano.
No puedes exigir de mi lo que yo de ti no oso ni pedir.
Ni puedes ser tan insensata como para creer que yo sola voy a dejarme la piel en esto para que cuando te canses sólo yo tenga que llorarte en cada esquina.
No te confíes, no te acomodes, no te confundas… Nada tenemos nunca, nada por más tiempo que lo que dura el presente.
Así como yo soy consciente de que puedo perderte en un gesto, en una palabra o en un segundo, aprende tú a medir los tuyos (y sus ausencias).
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