lunes, 31 de diciembre de 2007

El post de fin de año

Y a mí que me importa una mierda que hoy sea fin de año...
Más que nada porque yo no veo el fin por ningún lado.

Que será 2008 en vez de 2007, pues muy bien, todo el mundo a montar el paripé!
A comer como cerdos otra vez, a emborracharse como inhumanos, a pagar cincuenta euros por entrar en una discoteca a la que siempre entras gratis y a ponerte ese modelito que has comprado para usar única y exclusivamente hoy. Si total, a las seis de la mañana irás a comer churros con los pelos despeinados, el rimmel corrido, un tacón roto y el vestido encubatado.

Hay que ser gilipollas todos juntos...

Buenos propósitos para el año que entra, hacer balance del año que se va... Haberlo hecho antes y ahora no tendrías que arrepentirte de tantas cosas!
Todo el mundo a atragantarse con las jodías uvas, que si fueran chirimoyas, con lo borregos que somos, nos las comíamos también al ritmo de las doce campanadas. Y luego hay que mirar cuál es el primer anuncio del año, claro... Pero a quién coño le dará tiempo de ver el primer anuncio de todos los canales! Que también hay que ser cenutrio...

Yo es que creo que me tenía que haber apuntado a hacer horas extras, así hubiera cobrado un sobresueldo viendo de lejos, y no tan de lejos, lo infinito de la estupidez humana... Que si me pagan cinco euros por borracho recogido, mañana le pongo un piso a mi novia.

Que no se diga que no he colgado un post por fin de año.... Eso sí, yo me niego; el tanga rojo se lo va a poner hoy su puta madre.

martes, 25 de diciembre de 2007

Inconformismo declarado o una necesidad como un templo

Nos alimentaremos de lo que las circunstancias nos vayan dando... De momento.
Absorberemos con fuerza cada oportunidad que se nos brinda, como si alguien nos tuviera que perdonar la vida.
Si hace falta daremos cualquier cosa por un poquito más, por una paupérrima limosna.

Pero hace tiempo que sabemos que no existen diques para nuestro mar que es un océano.

Yo siempre digo que no tengo ninguna prisa. Sólo espero paciente a que tú te impacientes.
Sólo espero a que despiertes.

Que si mañana tengo que perder algo, quiero arrepentirme sólo de los pasos que he dado y nunca de los que me he reservado.
Que si algún día me faltas, o te falto, no tengamos que arrepentirnos de haber andado a ralentí, de no habernos atrevido, de haber esperado demasiado, de no haber cumplido... Nuestros sueños.

"Los quiero todos... todos...
No quiero un despertar, los quiero todos."

domingo, 9 de diciembre de 2007

Con olor a mandarina

Es como entrar y desentrar de una y otra vida. Y que las dos son mías.



Tengo una marca blanca en la uña del dedo corazón, creo que me lo dejé donde no debía al cerrar la puerta. Menuda metáfora macabra.



De la vida de debajo me he traído mucho sueño acumulado, ropa sucia, y las hormonas desmadradas. Y en esta vida de aquí arriba siempre estás más lejos.
Creo que aquí es un poquito más mi sitio, pero no estoy tan segura, y de todos modos mi sitio ahora ya sólo es el lugar en que tú estés.

Soy tus mañanas y tus noches. En el deseo, en la esperanza, en el sentimiento.
Yo quiero ser tu todo, y quiero serlo de verdad. De esa verdad que se toca y se ve de cerca y entonces sí se disfruta y que sólo sabemos valorar cuando ya se ha perdido. Pero es que yo para tí no voy a perderme porque estoy notando que ya no quiero hacerlo más.

Mis letras visten trapos distintos ahora, me he dado cuenta y no sé muy bien a qué se debe. No me preocupa el cascarón, quiero el pistacho.

Mañana después de comernos el nuevo experimento beberemos café con leche (con poco café y mucha leche) en el lugar en el que un día te dije cosas bonitas de otra mujer. Y aún así tú seguiste queriéndome y eso me hace sonreír, y llorar un poco.
Por beber tanto café puede que tenga que regalarle un beso largo a mi niño de ojos azules y pícaros, que es tan grande como yo esperaba.

Puede que sobre las cinco de la mañana abra un poco el ojo izquierdo y te busque...
Cualquier día, ahí te encuentro.