Sitges? Qué hay ahí?

Quiero un gorrito para ponérmelo este invierno... Pero uno que me quede bien. Qué difícil...
Ahora que no sé qué va a ser de mis próximos ochos meses de vida me siento como cuando subo una pared con las manos y al llegar arriba me dejo caer... Y todo el peso de mi cuerpo y de mi mochila, porque aunque no se vea la llevo siempre, cuelgan de una cuerda finita...
Me voy a mandar a mí misma al quinto pino... Sin saber qué se me ha perdido en el lugar al que voy, dónde voy a vivir, con quién, por qué...

Si aquí no quiero estar tendré que irme, así que no hay que darle muchas más vueltas...
Puede que lo solucione todo con mi dado de la suerte; ese que me dijo que sería lo que hoy soy, el mismo que me dijo que tu y yo teníamos futuro... (Bueno, habría que discutir a qué clase de futuro se refería...).

A ver si allá donde finalmente acabe encuentro musas que me hagan volver a ser yo misma cuando escribo... Las letras tan terrenales me ponen enferma...