lunes, 12 de julio de 2010

Excedente

¿Qué tengo que hacer ahora con mi colección de cosas pendientes?

¿Dónde me guardo yo toda la energía que creamos cuando los sentimientos se encañonaron y ya no puedieron más fluir y se nos escaparon a chorro?

No tengo dónde poner la sensación de que mi alma se iba detrás de tu lengua cada vez que me besabas.

No hay lugar en mi nueva y ordenada vida para las ganas que aún conservo.
Ni para el alivio de tus abrazos.
Ni para tus labios entre mis labios.

No puedo quedarme tus palabras entregadas que hablaban de un secreto que era de las dos aunque tú sólo creyeras tuyo, y que hicieron que mi mundo entero se tambaleara.

Que todo es que no y que no.
Y que yo quiero que sí. Que quiero mucho, muy fuerte, lo más que puedo yo.

Pero que todo es que no y que no.