miércoles, 12 de marzo de 2014

Todos los síes


Fuimos en las altas cumbres.
En los bajos fondos.
En los milimétricos hipocentros de todos los seísmos. Fuimos.

Fuimos sombras chinas para gente imbécil.
Luces tenues, luces cegadoras, luces intermitentes.
Voz cantante de todos los amantes. De todos los del magnánimo mundo. Fuimos.

Fuimos miedos vencidos. Y miedos por vencer, que volvieron sobre sus pasos.
Fuimos lucha incansable.
Fuimos pura felicidad. Así, sin más pronombres, ni adverbios de lugar o de tiempo.

Fuimos el sol que nacía, para ser más tarde el sol que se dormía.
Y fuimos las lunas más bonitas, las mejores playas, los remotos rincones de todos los países que pisamos.
Fuimos en todas las personas que nos cruzamos.

Fuimos en secreto y a gritos.
Fuimos en las noches incansables de mágicos desvelos.
Fuimos también en nuestros sueños.

Fuimos todo, absolutamente todo lo que quisimos.
Fuimos todos los síes.
Todos los besos.
Todas las risas.

Fuimos tantas cosas. Tantas que no caben en las palabras inventadas. Tantas que no caben en los sacos que lleno de recuerdos. Tantas que no caben en el futuro que todavía no tengo. Tantas que no me caben aquí dentro.


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