Para rellenar huecos... a otra parte.

Partiendo de la idea de que no estoy dentro de tus planes de futuro, de que soy un mientras tanto, de que no te planteas que yo pueda darte eso que pides (aunque pueda...) y de que ves más allá de mi en todo momento por muchas palabruchas que me regales, vamos a jugar al mismo juego.

¿Por qué no?

Será divertido mientras dure, eso seguro. Ganará quien más picardía tenga, quien esté de racha, y la que pierda probablemente deseará no haber jugado y haber hecho las cosas de otra manera, más noble, más sin barreras.
Ahí está la gracia del juego, en el riesgo...

No tengo nada que perder porque no tengo nada. Si tienes el valor de venir a pasar el rato ven consciente de las consecuencias, porque ya no me importa nadie.

Si tienes el valor de venir a retarme ven ya consciente de tu derrota.