jueves, 7 de octubre de 2010

Carpaccio de...

Soy el vaso colmado, la cuchara de palo,
el cero a la izquierda, la sartén negra.

No soy más que una huella. Un despojo.
Algo olvidado. Un vestigio.

Soy el abril de cualquier infeliz.
El olor a pino de un invierno muy frío.

Un depósito vacío, una sierra desdentada,
la maldita pieza que siempre faltaba.

Soy un error de cálculo, una desilusión,
un suspiro muy largo. Soy el deshielo.

El soldado cojo, el juguete roto.
Soy la luna nueva, soy una veleta que siempre fue ciega.

Ya no me siento el corazón.
Ya sólo tengo un trozo de carne.
Laminada y marinada.
Marinada en pena.

2 comentarios:

niña de azucar dijo...

a mi me sale que eres muchas más cosas que estas...te las enumero delante de un café?

Duende Gris dijo...

Café sí.
Tu compañía, por supuesto.
Flores, las justas, que no me sientan nada bien...

Benditos tus abrazos, mi niña.