Te vas y me siento en el suelo. Con mi libreta. Con mis palabras.
Este aeropuerto sueco, helado por fuera, ardiente por dentro, como nosotros dos en esta despedida, se nos ha quedado grande.
Y mientras caminas lejos te observo. Y andas como los valientes, sin mirar atrás, como yo nunca soy capaz de hacer.
Dices que entiendes cómo me siento. También yo entiendo lo que sientes, tus ojos de adiós y el gesto de tu tristeza me lo gritan.
Esta noche volveremos a estar en la misma ciudad. De copas y de risas, pero en otra compañía.
Tu pensarás en mi...
Y yo...
Yo pensaré en ti.
domingo, 8 de abril de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario