Por callar perdemos tanto en el camino que de puro miedo acabamos diciendo lo que se nos antoja prohibido.
Pero a veces la vida corre tan demasiado que más nos hubiera valido habernos callado.
martes, 17 de abril de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario