Ayer yo sumé uno más a mis años cumplidos y hoy tú te vas para siempre.
No habrá más días para ti. Nunca más.
Ya no podré contarte mis secretos bajo las estrellas en las noches de verano.
Ya no pondrás más tu cabeza en mi regazo cuando ponga los pies en el agua.
Ya no volverás a ser el primero en saludarme cuando vuelva a casa porque ya no estarás más cuando vuelva a casa.
Ya no volveremos a jugar juntos, ni volveré a acariciarte como tanto te gustaba.
Ya no volveré a mirarte mientras duermes, ni a reírme contigo. No volveré a despedirme de ti con un dedo en tu nariz cuando me vaya porque ésta es nuestra última despedida y eres tú quien se va.
No volveremos a dar mil vueltas al jardín persiguiéndonos el uno al otro.
No volverás a tirarte detrás de mi cuando yo salte al agua, ni volveremos a pasarnos las horas jugando con la manguera.
Ya no voy a ver más tus ojos tiernos.
Ya no voy a decirte más lo mucho que te quiero.
Me quedan todos los recuerdos junto a ti; desde que te dormías en mi mano hasta que un domingo, sin saberlo, te dije "areu guapo, t'estimo molt!" por última vez.
Eso y la desagradable sensación de que pude ser mucho mejor para ti.
Y la esperanza de que allá donde estés puedas ver lo enorme que es el hueco que al irte ha quedado aquí dentro.
Todo lo demás no lo diré con palabras.
(23/03/2007)
sábado, 31 de marzo de 2007
Suscribirse a:
Entradas (Atom)